Una exposición inaugurada hoy en el Torreón de Lozoya, en Segovia, reivindica la obra de Antoni Garcia Lamolla

11 febrero 2011

Una exposición inaugurada hoy en el Torreón de Lozoya, en Segovia, reivindica la obra de Antoni Garcia Lamolla (Barcelona, 1910-Dreux, Francia, 1981), concebido como uno de los principales del arte español del siglo XX dentro de la vanguardia surrealista de los años treinta.

Durante la presentación, los comisarios de la muestra, Jesús Navarro i Guitart y Lucía García de Carpi, han agrupado a Lamolla en ese grupo de artistas afectados por el drama de la guerra civil española, a quienes partió la carrera, incluso la vida.

García Lamolla, de acuerdo con García de Carpi, por su trayectoria vital y artística, es el espejo de muchos miembros de su generación marcados por la contienda española y, a los que vivieron en el exilio, como en este caso, por la invasión alemana.

De ahí que la exposición, con un centenar de obras, se haya denominado "Lamolla. Espejo de una época", organizada por el Museu d'Art Jaume Morera y la Sociedad Estatal de Acción Cultural (SEAC) con el patrocinio de la Obra Social y Cultural de Caja Segovia.

La muestra se estructura en tres apartados: "El círculo leridano de la revista Art", con las primeras obras surrealistas, "Lamolla y ADLAN (Amics del Art Nou)", donde el trabajo del pintor dialoga con el de otros artistas de la época, y "Lamolla y el exilio".

Así, están representados, entre otros, José Viola, Leandre Cristòfol, Enric Crous, Artur Carbonell, Maruja Mallo, Ángel Ferrant, Esteban Francés, Joan Massanet, Ángel Planells, Remedios Varo, Antoni Clavé, Emili Grau Sala, Joan Rebull y Fauve Maurice de Vlaminck.

Hay otra parte dedicada a Segovia, con acuarelas de paisajes y monumentos, ya que el artista sentía un gran afecto por la ciudad, según sus familiares, algunos presentes en la inauguración.

Como prueba de la importante carrera de Lamolla, según Jesús Navarro, en 1935, sin haber cumplido los 26 años, este artista expuso en apenas seis meses en los principales centros de arte de entonces, como Madrid, Barcelona, París o Tenerife.

Por eso el comisario concluye que, si no hubiera llegado la guerra civil y el levantamiento militar de 1936, estaríamos ante uno de los principales artistas españoles del siglo XX que, desde el bando republicano, ilustró periódicos y revistas libertarias.

Además, a Lamolla se le considera como uno de los garantes de la salvaguarda del patrimonio histórico religioso de parte de Cataluña y Aragón algo que tenía claro que debía hacerse, independientemente de su ideología anarquista.

Tanto Navarro como García de Carpi coinciden en señalar que hay una gran diferencia entre la obra de Lamolla de antes de la guerra y la de después, aparte de otra faceta que fue pintar versiones más figurativas para comer y mantener a la familia.

Por eso, contrastan los azules densos de los años treinta, que recuerdan a Miró, a la pintura sombría de la posguerra y la pintura comercial.

En el acto de apertura, el presidente de Caja Segovia, Atilano Soto, ha considerado que artistas como Lamolla están muy necesitados de que se realice una revisión profunda en torno a su trabajo, alejada de criterios parciales y tendenciosos.

Para la directora de producción de la SEAC, este organismo entiende que es muy importante recuperar figuras históricas cuya obra no ha sido suficientemente difundida

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