-En su trabajo aborda temas que afectan a la relación actual entre cultura y naturaleza ¿Cómo cree que se está trabajando esta relación en Segovia?
Creo que Segovia 2016 ha sido sensible a esta gran cuestión de nuestro tiempo que plantea de qué modo puede la humanidad continuar su desarrollo sin poner en entredicho los sistemas biológicos de nuestro planeta. Especialmente cuando hablamos de ciudad y del proceso de urbanización creciente como tendencia del modo de habitar humano. En Segovia, por su tamaño y la forma en que ha mantenido un equilibrio con el medio, al menos en comparación con otras urbes, no se han generado a su alrededor una extensa zona de deshecho, logística, escombros y no-lugares. La primera vez que llegué a Segovia, lo que más llamó mi atención fue la calidad de su paisaje, viendo los trigales camino de la Plaza Mayor. Para la candidatura se está haciendo un especial hincapié en los paisajes que generamos y nos rodean, como factor de calidad de vida, e indudablemente, de equilibrio con el medio. Recuperar la sensibilidad hacia ello es una tarea de la culturacultura.
-¿El proyecto de Segovia 2016 supondrá un cambio en esta relación?
Al preparar una candidatura para una Capital de la Cultura, no sólo tienes el reto de hacer que Segovia se plantee muchas cosas y aporte otras tantas, sino que ha de volverse referente, laboratorio, faro y punto de encuentro de los debates que generan y expanden la cultura contemporánea de Europa. En ese sentido, debemos ser ambiciosos, aunque no ilusos. Digamos que puede suponer un empujón en el buen sentido, pero harán falta las manos de todos para lograr el cambio. Seguramente se logrará dotar de mayor armazón teórico y propositivo lo que ahora muchos intuyen.
-Pero en el proyecto de Segovia 2016 cuando hablamos de paisaje no nos referimos sólo al paisaje natural. ¿Qué otros tipos de paisaje se abordan?
Para estructurar el Programa Paisajes partí de las unidades que más sentido dan y que más siente Segovia: la Sierra, el campo cultivado, los jardines y huertos y el propio paisaje urbano. Pero no sólo nos quedamos en el paisaje visible, o transitable. Proponemos actuar a otras muchas escalas, desde el paisaje sonoro, el celeste, la luz, los sentimientos y emociones, la memoria, el conocimiento, los paisajes del tiempo o los compromisos políticos de largo alcance.
-¿ Cómo resumiría el aporte de Segovia 2016 a la cuestión?
En mi opinión estoy satisfecho con el Programa planteado. Creo que hemos aunado la claridad en el enfoque con el cuestionamiento continuo, es decir, compromiso y creatividad, manifestar posiciones y al mismo tiempo dejar ensoñar. Creo que son cualidades del quehacer de la cultura, desde el arte contemporáneo, el diseño, la poesía o incluso la innovación científica y tecnológica. Es más, esta apuesta por la interrelación entre ciencia y humanidades en la cultura, no contrapuestas sino complementarias, me parece fundamental y así se refleja en el Programa. Hablamos de ampliar el saber, al servicio de un nuevo ciudadano. Y por supuesto, tengamos claro que ese nuevo ciudadano puede que no surja en la ciudad, sino antes en el campo, un medio rural rico y afianzado sobre tanto conocimiento acumulado.
- ¿Cuál es el grado de desarrollo del Paisaje con mayúsculas fuera del ámbito cultural?
Cada vez mayor y alcanza más ámbitos. Tengo también la confianza de que al margen de la mayor o menor permeabilidad de las esferas de poder a estas cuestiones, siendo como es un concepto que se refiere directamente a temas en los que hay fuertes intereses, como la gestión del territorio, el recurso suelo y los recursos naturales, el ciudadano, sobre todo los niños y jóvenes, sabrán decir qué es lo que no será negociable o sacrificable en el futuro, es decir, una mayor conciencia de factores de calidad de vida no ligados al consumo de bienes.
-¿Qué características diferenciales tiene el paisaje de Segovia? ¿Qué le ofrece y le inspira a usted como especialista en este tema?
Segovia representa una muestra a escala de una gran diversidad de paisajes europeos: los montes de clima alpino, los bosques de coníferas, dehesas mediterráneas, estepas cerealistas y riberas. Además de ser un gran ejemplo de la ciudad patrimonio histórico, testigo de lo que fueron las villas medievales, cunas de la cultura europea en cierto momento. También sus paisajes son testigo y producto de interesantísimos aspectos: el arte del jardín, la gestión comunal de pastos o bosques, o las excursiones iluminadoras de los pioneros de la Institución Libre de Enseñanza. A mí me inspira a trabajar para que sea Capital Europea y pueda desarrollar su potencial.
-¿Existe un paisaje cultural europeo?
Sí, sin duda hay un continuum cultural, con su diversidad de matices, y que ahora se ve enriquecido por otras culturas. Europa debería de identificar los rasgos a conservar de ese mismo paisaje, especialmente en cuanto a los logros de su cultura en materia de valores, ordenación política, pensamiento, y renovación y expansión artística. Sin imponerlos ni ser chauvinistas, debemos usar esa cultura común como lazo que nos une. No más nacionalismos provincialistas, sino unidad en Europa y respeto a sus paisajes.
-¿Cómo interacciona el programa Paisajes con los otros programas de la candidatura?
Paisajes puede aportar momentos de sosiego y reflexión, abriendo espacios de debate y de reconocimiento de lo que nos rodea. También se nutre de los enfoques de Convergentes, implicando a diseñadores en cooperativas de producción agroalimentaria o con Bravo!, celebrando conciertos y audiciones basados en los paisajes sonoros.
Entrevista al responsable de Paisajes de Segovia 2016, Fernando García-Dory
15 marzo 2011
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