Teresa Sanz Tejero
Cada año son distintos, pero hablamos del 'regreso' de los pintores pensionados. Se asoman a los mismos balcones de Segovia, pero cada uno plasma su particular manera de entender la realidad y el arte.
Entre la vanguardia y el academicismo, unos más figurativos que otros, con más o menos soltura, espontáneos o reflexivos, todos pintan Segovia. Se les conoce como "los pensionados" y son los alumnos más brillantes de la asignatura de Paisaje de cada facultad de Bellas Artes del país.
Uno de los 'pensionados'. R. B.
En total este año son 29 alumnos, dos por facultad, con edades comprendidas entre los veintipocos y los cuarenta. "Hay de todo porque hay alumnos que regresan a la facultad tras completar otros estudios y facultades como Teruel, la última en crearse, que aportan alumnos ya maduros", señala el coordinador de la Beca y académico, Juan Manuel Moreno Yuste.
Es la beca de estudios más antigua de España. Se celebra desde hace 50 años. La Real Academia de Historia y Arte de San Quirce heredó el Curso histórico del Monasterio de El Paular.
"Los pensionados" tienen gran fama y atraen a numerosos compradores a su exposición final. Este año "de crisis", el curso sólo dura quince días y en lugar de exponer a finales de agosto, como marca la tradición, la exposición será, en la Alhóndiga, del 13 al 15.
La razón de su buen nombre es sencilla. Por este curso de Pintores Pensionados han pasado artistas noveles que luego alcanzarían el gran reconocimiento de un Beulas, de Sánchez Carralero, Manuel Alcorlo, Genovés, Benjamín Palencia, Gregorio Prieto, Lucio Muñoz o Díaz Caneja, por citar algunos.
Sus visiones de Segovia son, además, frescas, no están contagiadas por la cotidianidad, y sus precios –los fijan los artistas que también aprenden ése aspecto del arte– suelen ser razonables.
Para todos los participantes lo mejor del curso es la experiencia adquirida en estos días. Por primera vez residen en la Escuela de Capacitación Agraria de Segovia, a escasos kilómetros del centro, entre amplias zonas verdes. El hecho de tener que trasladarse al centro a pintar ha obligado a organizar horarios y hacen más vida de grupo.
Por las noches hay debates hasta altas horas sobre el paisaje y sus derivaciones, sobre la estética, la figuración y la forma. El director del curso, Luis Mayo, es otro artista, profesor en la universidad complutense.
De nuevo un año más, el concepto de paisaje pasa su examen. "Para unos es un concepto antiguo, en permanente reivindicación», señalan los organizadores. Hay facultades que, incluso, ya no llaman a la asignatura por su nombre, sino con eufemismos del tipo de 'Investigación pictórica y plástica'. O sea: Paisaje. Pero como dicen los pintores que estos días montan su caballete en cualquier rincón, "paisaje es todo: un señor en un banco; la sierra de Guadarrama al fondo, los picos de la Casa de Piedra más adornada de la calle Real. Y esos paisajes pueden adquirir formas realistas, hiperrealistas, expresionistas o pop".
Cada año son distintos, pero hablamos del 'regreso' de los pintores pensionados. Se asoman a los mismos balcones de Segovia, pero cada uno plasma su particular manera de entender la realidad y el arte.
Entre la vanguardia y el academicismo, unos más figurativos que otros, con más o menos soltura, espontáneos o reflexivos, todos pintan Segovia. Se les conoce como "los pensionados" y son los alumnos más brillantes de la asignatura de Paisaje de cada facultad de Bellas Artes del país.
Uno de los 'pensionados'. R. B.
En total este año son 29 alumnos, dos por facultad, con edades comprendidas entre los veintipocos y los cuarenta. "Hay de todo porque hay alumnos que regresan a la facultad tras completar otros estudios y facultades como Teruel, la última en crearse, que aportan alumnos ya maduros", señala el coordinador de la Beca y académico, Juan Manuel Moreno Yuste.
Es la beca de estudios más antigua de España. Se celebra desde hace 50 años. La Real Academia de Historia y Arte de San Quirce heredó el Curso histórico del Monasterio de El Paular.
"Los pensionados" tienen gran fama y atraen a numerosos compradores a su exposición final. Este año "de crisis", el curso sólo dura quince días y en lugar de exponer a finales de agosto, como marca la tradición, la exposición será, en la Alhóndiga, del 13 al 15.
La razón de su buen nombre es sencilla. Por este curso de Pintores Pensionados han pasado artistas noveles que luego alcanzarían el gran reconocimiento de un Beulas, de Sánchez Carralero, Manuel Alcorlo, Genovés, Benjamín Palencia, Gregorio Prieto, Lucio Muñoz o Díaz Caneja, por citar algunos.
Sus visiones de Segovia son, además, frescas, no están contagiadas por la cotidianidad, y sus precios –los fijan los artistas que también aprenden ése aspecto del arte– suelen ser razonables.
Para todos los participantes lo mejor del curso es la experiencia adquirida en estos días. Por primera vez residen en la Escuela de Capacitación Agraria de Segovia, a escasos kilómetros del centro, entre amplias zonas verdes. El hecho de tener que trasladarse al centro a pintar ha obligado a organizar horarios y hacen más vida de grupo.
Por las noches hay debates hasta altas horas sobre el paisaje y sus derivaciones, sobre la estética, la figuración y la forma. El director del curso, Luis Mayo, es otro artista, profesor en la universidad complutense.
De nuevo un año más, el concepto de paisaje pasa su examen. "Para unos es un concepto antiguo, en permanente reivindicación», señalan los organizadores. Hay facultades que, incluso, ya no llaman a la asignatura por su nombre, sino con eufemismos del tipo de 'Investigación pictórica y plástica'. O sea: Paisaje. Pero como dicen los pintores que estos días montan su caballete en cualquier rincón, "paisaje es todo: un señor en un banco; la sierra de Guadarrama al fondo, los picos de la Casa de Piedra más adornada de la calle Real. Y esos paisajes pueden adquirir formas realistas, hiperrealistas, expresionistas o pop".
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