La Beca más antigua de España reúne en Segovia a los mejores 29 alumnos
Los aprendices de artistas pintan al natural
Estos expondrán del 13 al 15 de agosto en la Alhóndiga
Teresa Sanz Tejero
Cada año son distintos, pero hablamos del 'regreso' de los pintores pensionados. Se asoman a los mismos balcones de Segovia, pero cada uno plasma en su tela, madera o papel, una particular manera de entender la realidad y el arte.
Entre la vanguardia y el academicismo, unos más figurativos que otros, con más o menos frescura, espontáneos o reflexivos, todos pintan el paisaje de Segovia.
Un viejo sentado en un banco. Un cartel de una calle. La sierra que pone su telón de fondo a una ciudad, difuminada por el calor de agosto. Un andamio. Una torre. Dos iglesias. La representación y lo representado: todo son paisajes.
Los pintores pensionados, como los conoce todo el mundo, vienen desde hace cincuenta años a Segovia. Proceden de todas las facultades de Bellas Artes del país. Son los mejores de la cátedra de Paisaje; de ahí que obtengan sus becas.
Los pensionados han contado este miércoles con un maestro de lujo. El artista manchego Antonio López, el genio del hiperrealismo, ha visitado a los pensionados y les ha animado a continuar con el paisaje natural con un método inmortal: el trabajo.
Antonio López que antes que pintor fue extraordinario dibujante, formó parte -junto con Enrique Grau y Lucio Muñoz- de la llamada Escuela Madrileña.
Y su amigo Lucio Muñoz fue quien primero habló a Antonio López de los pensionados, porque él disfrutó de esta beca de juventud, hace ya unos cuentos lustros.
De ahí la visita del maestro que ha ayudado a pintar a los pensionados en pleno cinturón verde de Segovia. Refugiados del calor de agosto en el Valle del Clamores, que ofrece paisajes infinitos. Como resumía uno de los alumnos, Juan Palomares: "todo un lujo, aprender a mirar por los ojos de un genio".
Los aprendices de artistas pintan al natural
Estos expondrán del 13 al 15 de agosto en la Alhóndiga
Teresa Sanz Tejero
Cada año son distintos, pero hablamos del 'regreso' de los pintores pensionados. Se asoman a los mismos balcones de Segovia, pero cada uno plasma en su tela, madera o papel, una particular manera de entender la realidad y el arte.
Entre la vanguardia y el academicismo, unos más figurativos que otros, con más o menos frescura, espontáneos o reflexivos, todos pintan el paisaje de Segovia.
Un viejo sentado en un banco. Un cartel de una calle. La sierra que pone su telón de fondo a una ciudad, difuminada por el calor de agosto. Un andamio. Una torre. Dos iglesias. La representación y lo representado: todo son paisajes.
Los pintores pensionados, como los conoce todo el mundo, vienen desde hace cincuenta años a Segovia. Proceden de todas las facultades de Bellas Artes del país. Son los mejores de la cátedra de Paisaje; de ahí que obtengan sus becas.
Los pensionados han contado este miércoles con un maestro de lujo. El artista manchego Antonio López, el genio del hiperrealismo, ha visitado a los pensionados y les ha animado a continuar con el paisaje natural con un método inmortal: el trabajo.
Antonio López que antes que pintor fue extraordinario dibujante, formó parte -junto con Enrique Grau y Lucio Muñoz- de la llamada Escuela Madrileña.
Y su amigo Lucio Muñoz fue quien primero habló a Antonio López de los pensionados, porque él disfrutó de esta beca de juventud, hace ya unos cuentos lustros.
De ahí la visita del maestro que ha ayudado a pintar a los pensionados en pleno cinturón verde de Segovia. Refugiados del calor de agosto en el Valle del Clamores, que ofrece paisajes infinitos. Como resumía uno de los alumnos, Juan Palomares: "todo un lujo, aprender a mirar por los ojos de un genio".
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